http://www.derechoshumanosya.org/node/1038
Tras leer el primer informe del Observatorio Estatal de la Discapacidad, organismo dependiente e independiente del gobierno español, se queda un sabor amargo y agrio en la boca, puesto que son menos de un 30 % los españoles con diversidad funcional que tienen un empleo estable y pagado. A esa cifra se añade otra: aproximadamente un 50 % de estas personas se quejan de tener problemas en el transporte público. Además, son más del 70 % las personas con problemas para desplazarse en su propia vivienda, lo cual es bastante grave.
Sin embargo, a pesar de unas desigualdades patentes en todos los ámbitos de la vida, la señora Isabel Martínez, Secretaria de política social del Ministerio de Sanidad, Política Social e Iguadad, afirma en unas declaraciones que España ha avanzado mucho en los últimos años, probablemente mucho más que el resto de los países europeos.
Ante las declaraciones de la secretaria general de política social se pregunta indignado el Señor Rodríguez Picavea que si estos hechos no serán producto de que el resto de países estén a años luz de nosotros y si no será también que, por mucho que hayamos mejorado, no llegamos ni de lejos a los mínimos estándares de los países de nuestro entorno.
Concluye indicando rotundamente que no se puede afirmar esto y quedarse tan tranquila. El señor Picavea manifiesta que estas estadísticas demuestran y ponen de relieve los motivos por los que es tan difícil estar situados dentro de la sociedad en igualdad de oportunidades con el resto de ciudadanos.
A estos nefastos datos en los terrenos de empleo, vivienda y transporte, se unen casos tan poco singulares y sangrantes como el de la niña de sólo 6 años, Elena, que ha sido ingresada en un Centro Especial de Educación (CEE) en contra de la voluntad de sus padres por la Junta de Extremadura.
Si bien los datos estadísticos pueden ser manipulables, en este caso no ocurre lo mismo porque el estudio ha sido realizado por un organismo público. De existir alguna anomalía, la manipulación, se produciría a favor del gobierno. En cualquier caso, las personas que viven en inferioridad de condiciones cada día, denuncian estos hechos que resultan de todo punto indecentes.
A pesar del gran esfuerzo de algunas gentes, sólo se consiguen esporádicamente ciertos ínfimos avances en lo tangible, pero lo que estas estadísticas vienen a demostrar y la realidad cotidiana lo confirma, es que hay un nulo avance en cuanto a respeto hacia un colectivo no tan minoritario y al que toda la población pertenecerá inexorablemente por la causa que sea (enfermedad, vejez, traumatismo, genética…). En definitiva, nadie puede negar que las personas con diversidad funcional carecemos de respeto social por parte del resto de la población.
sábado, 15 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario