Tweet El Cea: noviembre 2008

domingo, 23 de noviembre de 2008

La Encumbridad

… o cualidad de cumbre.

“Cosa que contiene una buena dosis de desafuero y de irreflexión”.

Como estamos en una época que cada quisque se inventa su palabro, permítaseme que contribuya a engrosar las páginas del diccionario con esta ocurrencia, ahora que tenemos cumbres hasta en la sopa.

Y es que hay cumbres para todos los gustos. Las hay de prebostes de la política, del deporte, de las finanzas; las hay familiares, de los animales del zoo, de los accionistas de la empresa, de los ejércitos y hasta de los obispos: Cada gremio, actividad, grupo, colectivo o profesión, tiene su cumbre, y si no es así no son nadie, no pintan nada en este mundo tan encumbrado en la feria de las vanidades.

Practicando las cumbres se adquiere cualidad de incumbridad, que es virtud propia de zotes y pronto será obligatoria en Educación para la Ciudadanía. Las cumbres son como los líderes: salen como hongos. Hay líderes a troche y moche: El primero de la liga de futbol, es el líder de la división; el presidente del gobierno también es líder, lo mismo que el jefe de la oposición; incluso el presidente de la comunidad de vecinos, es el líder; el canal Mengano de la TV es el líder de la noche; en la familia, el padre es ahora el líder; el sol lidera el día y la luna lidera la noche del colectivo de estrellas. La prensa, la radio, la televisión y ahora Internet, se las apañan solitas para deformar, o peor para devaluar, el significado de las palabras, y el anglicismo líder no se libra de ello. De líder ha derivado el verbo liderar, o sea lo que nos faltaba. Con el tiempo el diccionario de la RAE se reducirá a dos acepciones: una para el sustantivo líder que ensalzará a todo ente imaginable, y la otra para el término liderar que será el verbo líder de todos los escritos y conversaciones.

La última y más sonada cumbre ha sido la de los veintitantos líderes del llamado G-20, que como un solo hombre se han puesto en primer tiempo de saludo ante el súper líder norteamericano George W. Bush, en su Casa Blanca de Washington. Objetivo, arreglar (?) la crisis económica que nos acosa. Pero, horror, toda la ciencia política mundial reunida en torno a las barras y estrellas, solo ha servido para repetir frases hueras, palabrerías, cifras (y hasta chascarrillos), más que oídas en las últimas semanas sobre economía financiera, ese concepto que pocos dominan, y menos los de ese foro. Eso sí, nuestros egregios líderes (vuelta otra vez) mundiales, han comido codornices y cordero con vino de California y se han hecho una foto risueña. Faltaba un líder importante: el líder de la pobreza que, como tal, ni sale en la tele ni tiene otorgado el título de líder, aunque represente virtualmente a millones de pobres repartidos por todo el mundo. Es el líder sin título reconocido, pero el más afectado. Se le puede encontrar en un rincón de África; en cualquier portal de América; o pidiendo limosna a la puerta de una iglesia europea. Para este pobre sin liderazgo, no hay foto.

En la cumbre de Washington ha estado ¡cómo no! nuestro líder máximo el Señor Zapatero, (allí Mister Rodríguez) al que le gusta tanto una cumbre, que cuando se afeita por la mañana ante el espejo, se cree reunido consigo mismo, en cumbre unipersonal que ya es la leche. Ha participado, con los demás, en la gran decisión unánime de convocar otra cumbre para marzo o abril. ¡Una de cumbres por favor…! ¡Oído cocina!

Si imperara el sentido común, -cosa escasa en estos tiempos-, antes de la cumbre washingtoniana, los técnicos y expertos en economía financiera y los duchos en la de andar por casa, tendrían que haber estudiado a fondo fórmulas, remedios o soluciones para paliar los estragos de esa crisis económica y evitar que fuera tan gravosa para los pueblos de la Tierra. Y podrían haber apuntado una buena fórmula, desafortunadamente en desuso, como es la del ahorro. A los recientes años pasados atiborrados de consumismo sin ton ni son para disfrutar de un bienestar fatuo, sigue de corrido la recesión doméstica que nos hemos buscado. Se ha despreciado el lúcido trabajo de la hormiga, eficaz y ahorrativa, para acomodarnos a la felicidad pasajera de la cigarra, y ahora toca pagar la cuenta. La práctica del ahorro, que supone no vivir por encima de las posibilidades de cada uno, siempre ha sido fructífera para cuando vienen mal dadas, o lo que es peor cuando uno se va al paro. Por cierto ¿algún encumbrado líder de la magna cúspide habló de los desempleados? ¿Lo hizo Sarkozy, o Ángela Merkel? ¿Y Mister Rodríguez?

Reúnanse día y noche, -veinticuatro horas sobre veinticuatro-, los equipos de economistas de las instituciones comunitarias para que piensen y habiliten planes que protejan y defiendan el bien común, y cuando tengan hechos estos deberes digan a los líderes nacionales que los acepten y los pongan en marcha, con cumbre o sin cumbre, con cordero o sin cordero, pero ¡trabajen coño!

Y un ruego para nuestros políticos. Bajen de los altares circenses en que se han montado, huyan de la incumbridad, gánense el jornal que les pagamos y dejen de decir tantas chorradas que ya somos mayorcitos. Abráse visto…

José Giménez Soria

Niños con autismo

Sobre la discriminación que sufren estos niños.

http://www.diariosur.es/prensa/20081123/opinion/ninos-autismo-20081123.html

Escribí la carta a propósito de un artículo que vio la luz días antes.

http://www.diariosur.es/20081116/malaga/autistas-aislados-20081116.html

DISCAPACIDAD. UNA AYUDA FUNDAMENTAL

Padres de niños con este síndrome, dispuestos a emprender una cruzada para que sus hijos cuenten con un asistente, que les niega la Junta
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Autistas, aún más aislados
PABLO POZO. Choca la mano con su padre, Pedro, que está dispuesto a ir a los tribunales para que su hijo disponga de un asistente personal. / SALVADOR SALAS
Pablo Pozo Madrid tiene 7 años y padece trastorno del espectro autista. Manifiesta aislamiento y dificultad en las relaciones. Necesita suplencia para todas las actividades de la vida diaria. Pablo es un gran dependiente. En ningún momento puede estar solo. La trabajadora social que emitió el informe proponía para este caso la figura de un asistente personal, como contempla la ley, para favorecer la estimulación y cuidados pertinentes del niño.

Sin embargo, a Pablo la Junta de Andalucía no le quiere poner asistente personal alguno. Tampoco a otros tres niños en situación parecida. Sus padres no están dispuestos a que la Administración se autoaísle en un asunto que le compete y han anunciado que emprenderán medidas judiciales y llevarán a cabo acciones de protesta para que se les reconozca un derecho que, por ley, les corresponde.

En España sólo hay un caso de un niño autista con asistente personal. Curiosamente está en Málaga. Sus padres, Daniel Moreno y Mariola Rueda, fueron una de las primeras familias malagueñas en denunciar al Gobierno andaluz por el incumplimiento de los plazos que establecía la norma. Se enfrentaron a la Junta con criterios y argumentos, y ésta accedió en mayo a ponerle a su hijo, Dani, un asistente personal.

Pero, ¿qué es un asistente personal? El Foro de Vida Independiente determina que es aquella persona que ayuda a otra a desarrollar su vida. Es decir, es quien realiza o ayuda a realizar las tareas de la vida diaria a otra persona que por su situación, bien sea por una diversidad funcional o por otros motivos, no puede ejecutarlas por sí misma.

Es una figura muy conocida en Estados Unidos desde hace más de 30 años y en una decena de países europeos desde hace más de veinte. Aquí se incorporó en 2006 a la legislación española (artículo 19 de la ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia), figura que también contempla la normativa andaluza mediante una orden publicada en el BOJA el 16 de agosto de 2007.

Esta ayuda está regulada por un contrato profesional en el que el usuario o usuaria -la persona con diversidad funcional o su representante legal- es la contratante. La Junta de Andalucía aporta mensualmente 812 euros a la familia para que pague al asistente personal que, con el descuento, se le queda en 622 euros.

El asistente personal realiza 112 horas al mes, distribuidas según la conveniencia de la familia previo acuerdo con la persona contratada. Un día puede echar tres horas y al siguiente ninguna. «Al asistente personal de Dani le tenemos puesto un horario flexible. Un día le decimos a lo mejor que no venga y otro está más tiempo con él». Habla Mariola, la madre del único niño autista que tiene concedido este derecho.

Encantados con Fali

Ella y su marido están encantados con Fali, el asistente personal de su hijo. «Le ha dado la vida a Dani», señala. Fali lo lava, le enseña a comer, le lleva de paseo, a comprar, a cumpleaños de amigos y familiares, a jugar... «Dani avanza en autonomía. Tiene ya totalmente asimilado en su vida a Fali».

El asistente personal fue contratado a través de una empresa. Le encanta su trabajo. «Fali desde el primer momento se ha coordinado con el equipo que trabaja con Dani. Una parte de todo aquello que se debe trabajar, lo hace Fali. Es curioso, pero Dani identifica ya que su asistente personal hace esa parte del trabajo, y le cuesta mucho menos ponerse con él a trabajar que cuando lo hacemos nosotros».

Eso es lo que quieren los demás padres de niños autistas: que la Junta cumpla la ley y les asigne un asistente personal a sus hijos. El abogado Ignacio Loring Caffarena, especializado en estos asuntos, lleva cinco casos de solicitud de asistente personal. «Nos ponen todas dificultades y trabas, cuando es un derecho que ellos tienen», afirma el letrado.

Disfunción económica

Loring no comprende que se esté pagando 30.000 euros al año por una cama hospitalaria y la Junta de Andalucía sea rácana en conceder los 812 euros mensuales. Para el Foro de Vida Independiente no deja de ser insólito que la Administración autonómica «no ponga reparos en subvencionar con 3.000 euros mensuales a una empresa privada por una plaza residencial de una persona en situación de dependencia y no está dispuesta a pagar directamente al usuario los 812 mensuales para que él mismo gestione su asistencia personal y organice su vida en su propio entorno».

Incluso la fórmula de ayuda a domicilio, más extendida en los últimos años, cuesta casi lo mismo que el asistente personal con la particularidad de que no siempre es la misma persona la que acude al domicilio para estar con el chico, lo que le provoca también confusión y se aleja de la estabilidad emocional que requiere un niño con autismo. Los padres de los niños autistas o tetrapléjicos declinan la ayuda a domicilio. «Nosotros no necesitamos que venga una persona a limpiar en el ámbito doméstico, sino a que estén con Pablo, que necesita de esa ayuda del asistente personal para su actividad básica», subraya su padre, Pedro Pozo.

Desde la Junta se mira para otra parte ante esta demanda. La delegada provincial de Asuntos Sociales, Amparo Bilbao, preguntada por este periódico, declaró que los menores de 16 años no tienen derecho al asistente personal. Sin embargo, ni en la legislación nacional ni en la andaluza se ponen cortapisas por razón de edad.

Coincidente con esta opinión personal de Bilbao, existe una instrucción interna que recomienda al personal encargado de redactar los 'pias' (plan individual de atención) que no concedan la asistencia personal a los menores de 16 años. «Algo intolerable y, por tanto, ilegal», apunta Pedro Pozo, que está dispuesto a llegar «a donde haga falta» para que su hijo disponga de un asistente personal. «Estoy dispuesto hasta a encadenarme», amenaza este funcionario de la Junta.

Pedro y su mujer, Tina, se multiplican para atender a Pablo. Tienen también una niña de siete meses. Reclaman un derecho que les confiere la ley. Como ellos, otros padres están a la espera de que la Junta les asigne un asistente personal.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Video en inglés

Trata de los centros de vida independiente.


martes, 18 de noviembre de 2008

martes, 4 de noviembre de 2008