Un estudiante sordo de la UMA denuncia que carece de un intérprete adecuado para seguir las clases · La Universidad dice que se han cubierto las necesidades del joven
Después de cursar sus estudios hasta Bachillerato con la colaboración de intérpretes, José Anastasio Jiménez, un joven sordo, no pensó que las barreras llegarían con su entrada en la Universidad de Málaga (UMA) el pasado mes de septiembre. Forma parte del 1% de las personas sordas que acceden a estudios superiores. Desde su entrada a la UMA su aprendizaje ha estado "limitado" debido a "la falta de un intérprete que se adapte a su discapacidad". Es más, asegura que actualmente cuenta con los servicios de una asistente social, que conoce ligeramente el lenguaje de signos, en vez de una intérprete. Por su parte, desde el Secretariado de Acción Social aseguran que "el alumno ha dispuesto siempre de una intérprete". "Es una necesidad y un derecho que los alumnos con discapacidad vean cubiertas sus necesidades", afirman.
Nada más comenzar el curso se puso en contacto el Secretariado de Acción Social de la UMA para solicitar un intérprete y poder seguir así las clases del Grado en Magisterio, donde está matriculado. "Me dijeron que en dos semanas lo tendría, pero al final tuve que esperar un mes". La espera no fue lo único que "perjudicó" al aprendizaje del joven. De las 22 horas de clase semanales que tiene José, la intérprete solo prestaba sus servicios 10 horas. "Me sentí discriminado. En dos asignaturas podía tener el mismo nivel que mis compañeros, pero de las tres materias restantes no me enteraba de nada".
Indignado ante tal situación, se dirigió de nuevo a Acción Social para que se ampliasen las horas de la intérprete. José consiguió su objetivo a medias. "Me concedieron 20 horas, pero me cambiaron la intérprete porque había finalizado el convenio de la UMA con la Federación Andaluza de Asociaciones de Personas Sordas (FAAS), que era quien les facilitaba el personal". Afirma que en vez de contar con los servicios de una intérprete, le pusieron "una asistenta social que conoce poco el lenguaje de signos". "Siento impotencia porque en febrero llegan los exámenes y no he podido estudiar porque no me estoy enterando de nada. Me volví a quejar a la UMA, pero todavía no he obtenido respuesta", afirma el joven.
Desde el Secretariado de Acción Social se mostraron sorprendidos ante las denuncias de José. "El joven ha dispuesto de una intérprete desde que llegó a la Universidad. Es más, se ampliaron las horas inicialmente otorgadas y ante sus quejas con la segunda intérprete hemos vuelto al convenio con la FAAS para que a partir del 10 de enero el joven vuelva a contar con los servicios de la primera intérprete", aseguró el director del organismo académico, Manuel Hijano. Indicó que las diez horas iniciales se debieron a que "los docentes las consideraron suficiente para cubrir las necesidades reales del joven". Tras un cambio de profesorado y las demandas de José se decidió ampliar a 20 horas.
Respecto a las denuncias de que la actual intérprete no es tal sino que ejerce los servicios de una asistenta social, Hijano indica la empresa contratante afirma que sí es intérprete. No obstante y ante las quejas del estudiante, Hijano asegura que ya han solicitado a la Federación una nueva intérprete y, en concreto, los servicios de la primera que se contrató.
http://www.malagahoy.es/malaga/detail.php?id=862647#
domingo, 19 de diciembre de 2010
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