El uso moderno de empower tiene su origen en los movimientos por los derechos civiles, que buscaban empoderar
a sus seguidores, es decir, conquistar derechos y, con ellos, fuerza,
poder para tomar sus propias decisiones y asumir el control de sus
vidas. La palabra floreció cuando fue adoptada por el movimiento
feminista y fue tal el éxito que acabaron adoptándola movimientos del
más diverso signo.
Este uso renovado de empower es el que se trasplanta al español y ese es el significado actual de empoderar
(aunque este todavía se hará esperar para entrar en el diccionario de
la Academia). El significado de la palabra inglesa y el de su hermana
castellana han evolucionado en paralelo aunque no de manera espontánea
sino por influencia de una lengua sobre la otra. El movimiento de
derechos civiles crea todo un aparato conceptual que desde la cultura
estadounidense se exporta a otras culturas. Y con los conceptos se
exportan las palabras para nombrarlos.
¿Es correcto entonces el uso de empoderar?
La extensión de significado desde ‘conceder un poder (legal)’ a
‘conceder derechos’ (o más bien conquistarlos), ‘asumir el control’,
tiene mucho sentido lo mismo en una lengua que en la otra. Ni siquiera
los puristas más recalcitrantes deberían sentirse ofendidos, pues suelen
defender la revitalización de palabras como medio para nombrar las
nuevas realidades.
Copiado vilmente de http://blog.lengua-e.com/2008/empoderar/
martes, 8 de enero de 2013
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