Tweet El Cea: Discurso de Jane Campbell en Febrero de 2008.

sábado, 26 de enero de 2013

Discurso de Jane Campbell en Febrero de 2008.

http://www.equalityhumanrights.com/key-projects/care-and-support/speech-social-care-as-an-equality-and-human-rights-issue/

Es parte del discurso de hace años:



Se debe felicitar a Ivan Lewis por su compromiso para la agenda de personalización. Su entusiasmo en su aproximación a la entrega de los servicios sociales le acerca a la lucha de las Personas con Diversidad Funcional por un sistema de apoyos públicos que nos proporcione un mayor control y elección sobre nuestras propias vidas.
Sin embargo no debemos olvidar que la personalización es algo por lo que las Personas con Diversidad Funcional y nuestros aliados hemos estado haciendo campaña y abriendo brecha durante los últimos 30 años. En efecto, tomar el control personal de unos fondos de proveniencia pública comenzó a darse con un grupo de Personas con Diversidad Funcional que vivía en residencias durante los años 70. Querían experimentar la elección y el control sobre sus propias vidas, así que organizaron los sistemas de cuidado auto operados, precursores de pagos directos y presupuestos individualizados. Sí, la huella de lo que hablan ahora el ministerio de sanidad, varias comisiones y muchas ONGs fue impuesta por Paul Hunt, Philip Mason, Liz Briggs y John Evans, los primeros en recibir presupuestos individuales en 1979.
Este pequeño grupo de personas fue pionero en el cambio de políticas de cuidados residenciales a viviendas ordinarias. Pero a la larga resultó de mayor importancia el que consiguieran que un cada vez mayor número de Personas con Diversidad Funcional rechazaran servicios que fomentaban la dependencia y la exclusión social para pasar a solicitar dinero con el fin de decidir ellos mismos el modo en que debían recibir atención.
De este modo fue creciendo la vida independiente y durante un tiempo el mundo parecía ser de color de rosa. Personas como yo podían tener acceso al número adecuado de apoyos, permitiéndonos no sólo sobrevivir sino vivir. Y gente que necesitaba menos tiempo de apoyo por estar en franjas más moderadas podía tener acceso a los servicios que les permitían volver a conectar con el mundo laboral y sus comunidades locales. Pero esta situación no perduró en la manera que habíamos previsto. A finales de los años 90, este servicio público con potencial transformador permanecía en manos de profesionales, cuya principal preocupación pasó a ser la de racionalizar unos fondos cada vez más escasos. Y aquí yace el principal motivo que bloquea el cambio de unos servicios sociales basados en una red que conforma un frágil estado de bienestar a un servicio de apoyos públicos que fortalecen los derechos humanos.
Se me ha dicho que podíamos discutir de todo excepto de un incremento en los fondos, como si unos fondos inadecuados y el repago fueran inevitables. Pues bien, acarrea dificultades referirse a una verdadera transformación sin reconocer que el elefante se encuentra en la habitación.
Si las Personas con Diversidad Funcional no pueden acceder a servicios a menos que tengan el máximo nivel de necesidad, entonces toda posibilidad de empoderamiento para transformar la sociedad no cambiará las desigualdades que experimentan las personas y familias a las que los servicios públicos prestan apoyos para participar en igualdad de condiciones en sus respectivas comunidades. Ese es el motivo por el que la comisión de igualdad y derechos humanos está tan interesada en reformar los servicios sociales. Por ello va más allá de mejorar el acceso a los servicios públicos y enfoca su labor en el potencial de los servicios sociales como vehículo para derivar la desigualdad y la exclusión social...


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