- Foto:TONI GUDIEL
Juanjo Alcón García y Mari Carmen López Antón son una pareja de discapacitados que conviven desde hace ocho años en un piso alquilado en Plasencia y a los que ha afectado de forma diferente la aplicación de la ley de dependencia. A Juanjo Alcón le han denegado la ayuda que ha solicitado y a Mari Carmen López no, pero los servicios que le ofrecen no le convencen. Ambos solicitaron acogerse a las prestaciones en junio del 2007 y, según recuerda Sofía Antón, la madre de Mamen, hasta un año después no acudieron al piso a valorar su grado de discapacidad y sus necesidades. Ahora ocho meses después de la evaluación, el febrero pasado, ambos recibieron la carta con el resultado de su solicitud emitida hace más de dos años y medio.
Juanjo tiene un 90% de minusvalía y Mamen un 89% reconocida, pero no ha sido ese el resultado de la evaluación oficial, sino que a él en esta ocasión le han valorado por debajo de ella. Por eso, con un puntero enganchado a la frente escribe en su ordenador que ha interpuesto un recurso de alzada para que le revisen la valoración.
Además, Juanjo pidió un asistente personal, una figura que el Foro de Vidaindependiente al que pertenece la pareja propuso en el proceso de elaboración de la ley y que, según explica, "está recogida en la ley de dependencia, pero solo en el caso de que estudies o trabajes". No es su caso, pero Juanjo demanda más importancia y cobertura a esta figura, que considera primordial porque "un asistente personal debe cubrir todas las necesidades del usuario, tanto en el ámbito laboral, como en el estudiantil como en el social".
En su caso, cobra una pensión no contributiva de 400 euros, al igual que Mamen y ambos cuentan con la ayuda constante de la madre de Mamen, de 70 años; con una persona de Cocemfe Cáceres, la Confederación de Coordinadoras Estatales de Minusválidos Físicos de España, que acude cuatro horas de lunes a viernes y otra del ayuntamiento, que hace tareas de limpieza tres días a la semana durante dos horas.
Apoyo con condiciones
Además, ambos pagan a otra persona de una empresa local para que les ayuda durante los fines de semana en sus tareas cotidianas. Fue lo que solicitó Mamen a través de las ayudas de la ley con la intención de ahorrarse el dinero que le cuesta esta persona y se lo han aceptado, pero "te obligan a coger 90 horas al mes y solo te abonan la mitad del dinero, el resto lo tiene que pagar el usuario". Es la queja de Mamen, a la que se suma su madre porque "lo que necesito es ahorrarme dinero, no pagar, preferiría que vinieran menos horas y me las pagaran todas, pero ya me han dicho que o lo tomamos, o lo dejamos".
Por esto, esta pareja está desencantada con la ley de dependencia y también su madre. "Yo estaba muy animada, pero esta ley soluciona muy poca cosa y Juanjo se ve muy solo porque le han rechazado el asistente personal y no nos tiene más que a nosotras", se lamenta Sofía. RAQUEL RODRIGUEZ
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