viernes, 4 de diciembre de 2009
Cataratas en la Guinea
http://www.ymalaga.com/calle/salud/operaciones-voluntarias-cataratas-en-bata-guinea.26679.html
La señora Hernando ha pasado la segunda quincena de noviembre poniendo gafas y asistiendo a médicos a realizar operaciones de cataratas. Para quien no lo sepa, estas intervenciones son bastante habituales y sencillas aquí. Algunos pensarán que dónde está la noticia entonces. No les faltaría razón de no ser porque esta joven malagueña ha hecho esta labor en Bata, ciudad de Guinea (Ecuatorial).
Antigua colonia española y desde hace medio siglo independiente (dejada a su suerte una vez despojada de todo) sobrevive sumida en las corrupciones de sus mandatarios y en las carencias típicas del continente olvidado.
Pues bien, allí ha pasado unos días un grupo de españoles compuesto por 3 oftalmólogos, 1 anestesista, 2 enfermeros/as, un óptico y un técnico. Su principal tarea consistía en hacer operaciones de cataratas. En consulta se hizo una selección donde se separó a los pacientes para operar de los que no precisaban pasar por el quirófano. Entre estos, diferenciaban los que necesitaban tratamiento médico y los que necesitaban prescripción óptica (colirios, gafas ...).
Lo más impresionante de esta experiencia es la falta de medios que se respira por toda Bata, por todo el país, pero la señora Hernando habla de temas más conmovedores; por ejemplo de sus motivos concretos para embarcarse en esta patera. Narra que "simplemente quería hacerlo" y también que "sabía que irían cientos de personas durante esos días (se había estado avisando por diferentes medios de difusión que se iban a realizar unas jornadas de oftalmología gratuita)". En cualquier caso muchísimas cosas le llamaron la atención, no podría elegir una. "Cientos de personas esperando en los pasillos para que les vieras, muchos de ellos ancianos invidentes que han venido solos, que muy probablemente han dormido en los alrededores del hospital y que no puedes hacer nada por ellos, les acompañas a la puerta y les ves alejarse por el pasillo con bastante trabajo, y tienes que seguir" porque el número de personas que aguardan es inacabable, de modo que con frecuencia las comidas resultan supérfluas.
Pero también son agradecidas las personas atendidas y las operaciones de cataratas. La malagueña cuenta que "la gran mayoría al día siguiente ya están viendo bien. Uno de los casos más bonitos fue el de Miguel, un niño de 14 años que solamente percibía luz. Se le intervino de los 2 ojos y al día siguiente, cuando se le quitó el vendaje miró al padre y, al verle, sonrió". Un simple gesto vale una vida entera. Imparable, habla de que "me quedo con la sensación de que me han dado mucho más de lo que yo he podido dar, que tengo mucha suerte de poder tener una profesión que me apasiona y que me sirve para vivir experiencias como esta, que el equipo con el que he ido ha sido inmejorable y sin duda espero poder repetir".
Finalmente asegura que "hacer que una persona pueda VER es maravilloso".
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